viernes, 31 de enero de 2014

EL GRAMÓFONO: " Last Night I Had the Strangest Dream, "




" Muere Pete Seeger, insobornable conciencia ‘folk’ de Estados Unidos"


Hace unos días nos despertábamos con este titular, la noticia de la muerte de un cantautor prolífico y nonagenario, Pete Seeger. Me ha parecido necesario hacerle un pequeño homenaje, pues es de esas personas que representan, en algunos momentos, nuestra conciencia.

Nos remontamos a los años 60, época de guerra del Vietnam. Reconocemos a un joven cantautor convertido ya, con su ideario político y su música,  en icono de luchas por los derechos civiles de su país. Pete Seeger se convirtió en líder de la "canción protesta" estadounidense. Fue la voz del movimiento obrero, de la lucha por la igualdad racial, su lucha por los derechos civiles de los negros le valieron su amistad con el líder del movimiento Martin Luther King. Fue la voz del movimiento contra la guerra de Vietnam en los años 1960,  fue la gran conciencia de Estados Unidos a través de centenares de canciones, que denunciaban las injusticias y documentaban las luchas y los sueños de la sociedad civil norteamericana.

Subiendose a escenarios en cafeterías, universidades, campus de verano o iglesias, no tardó en convertirse en una de las voces más autorizadas de la escena bohemia y activista del Greenwich Village,  bastión de esta cultura en  Manhattan, lo que  trajo el renacimiento del  folk, de la mano de dos de sus grandes profetas en los sesenta, Bob Dylan y Joan Baez. 

Acompañado tan sólo con su guitarra de 12 cuerdas, con su grupo The Weavers primero y luego en solitario, Seeger sedujo al gran público,  tanto con sus canciones políticamente comprometidas,  como con sus melodías pegadizas y fáciles de recordar. Compuso éxitos como "If I had a Hammer"" una canción pro-libertad, del movimiento de derechos civiles estadounidenses que se convirtió casi en un himno.....
., 
Pete Seeger, muere a los 94 años de edad dejándonos  su música como espada, blandiéndose siempre contra los verdugos.

Os dejamos con este  video Anti-Guerra y esta canción de paz, Last Night I Had the Strangest Dream, 
escrita originalmente en 1950 por el cantante Ed McCurdy,  buen amigo de Pete Seeger. 




¡Buen fin de semana Calados!

Marinela

miércoles, 29 de enero de 2014

TE DIJE QUE VOLVERIA............DE NUEVO JUNTO A MI MAR

Fotografía: Fernando Fernández Páez



Vuelvo al mar, cansado y roto
a jirones la esperanza
lleno de ira y de rabia
con la mirada perdida....


camino mientras añoro
espacios ilimitados
horizontes infinitos
libertad, sí, libertad.....


huyo crispado y hastiado
de la furia de los hombres
del engaño del amor
del silencio del olvido....


vuelvo al mar, cansado y roto
machacado de rutina
infeliz y vagabundo
con la tristeza en los ojos.


sueño con la luz del sol
reflejada en cada gota
en la bóveda del cielo
salpicada de mareas...


en navegar cada hola
en alcanzar su regazo
en morir para vivir
en vivir azul de mar


vuelvo para no olvidar
para poder regresar
cuando me ciegue la tierra
para ser y recordar...



lunes, 27 de enero de 2014

35 MILIMETROS: "LA VUELTA A LA TORTILLA"


"Dedicado a todas las mujeres que en su día encontraron motivos para celebrar"


'La vuelta a la tortilla', es el corto solidario de Paco León. Es una historia de ilusión con toques de humor. "Una historia de amor cotidiana, en la que la protagonista tiene la opción de afrontarla como haría cualquier otra mujer. Tiene que dejar atrás sus miedos y seguir adelante. La gente que le rodea le apoya y le ayuda a tomar las decisiones adecuadas. En definitiva, una historia emotiva que no pretende hacernos llorar, sino todo lo contrario, sacar una sonrisa llena de ilusión y esperanza", según las propias palabras de Paco León.

El pasado 19 de octubre varios cientos de personas se reunieron en pleno centro de Madrid para dar literalmente "la vuelta a la tortilla "y de este modo, jugar con la  idea de que las cosas se pueden ver desde otra perspectiva  y que aunque  sea difícil,  poco a poco, con mucha fuerza, se va superando.

Además, todo lo recaudado con el proyecto será destinado a la Sociedad Española de Oncología Médica que lo revertirá en la creación de una beca de investigación para la enfermedad. Aunque no es el apoyo a la investigación una de las apuestas de este gobierno, debería ser un objetivo prioritario contribuir al fomento de la investigación clínica,  porque es imprescindible para conseguir progresos en el diagnóstico, tratamiento y prevención del cáncer.  

Honestidad y delicadeza en la mirada de Paco León ante una situación que viven diariamente, miles de mujeres.




Calados, comenzamos la semana con fuerza y positivismo.

Saludos Calados y lectores.

viernes, 24 de enero de 2014

FOTO POR TÍ_"vsvsvsvsvsvsvsvsvs..."


Andas sin saber qué estás pensando. La verdad es que apenas meditas sobre nada. Es mejor así.
Tus pasos te guían entre calles conocidas que no miras, tan sólo las ves y las sientes. El aire envuelve tu rostro mientras el sol calienta tus mejillas. Giras esquinas, avanzas entre callejones. Esquivas bolardos. Sientes las calles. Desconchones de viejas paredes, cal pintada en las fachadas enlucidas. El griterío de niños jugando en los patios de las guarderías, rugidos de motores de furgones de reparto. Conversaciones ajenas de ese tipo de gentes que parecen disfrutar hablando en voz alta al dichoso teléfono móvil.
El ambiente es frío, como debe ser en una mañana de enero. Jóvenes y no tanto toman café en las mesas de los bares, señoras con su carro de la compra y sus arreglos de cocido, sus coles, sus puerros, sus pelotas. De cocido. Hombres de gesto adusto y ropa raída me adelantan sobre bicicletas cargando incontables chatarras. Vecinos que se saludan de improviso sin percatarse de que se han detenido justo en medio de la acera. La dejo de mala gana por no decirles dos cosas y un claxon me asusta sin motivo, al fín y al cabo, aún sobra un palmo entre el bordillo y mis pies, y otro más entre mi brazo y su retrovisor. Y ese coche no debiera de circular a más de 30, así que que no me toque los...
Continúo andando. Parando. Andando y parando. Mirando y viendo. Fotografiando de vez en cuando.
Veo unos gatos. Son gatos marginales y marginados, maltratados por la vida de gato callejero que llevan. Sus ojos tienes esas extrañas legañas de gato, esas que tienen esos gatos cuyo aspecto no rebosa salud por ninguno de sus cuatro costados. Toman el sol en un callejón sin salida. Un grafiti futurista decora el muro que ciega la calle. Nada más.
Me acerco despacio y me agacho frente a ellos. Les apunto con la cámara. Hacen amago de irse pero susurro una extraña fórmula atrapa gatos. Una que asombrosamente les detiene. Se recomponen y me dirigen su mirada gatuna, intensa e indescriptible, profunda y fría. Sin duda no entienden qué espero que hagan mientras pongo ese artilugio extraño delante de sus hocicos chatos y bigotudos. Me miran serenos, impávidos. Además y entre otras cosas, yo les importo un pepino.
Para ellos es un día más con un algo nuevo. Para mí no hay nada nuevo un día más.
Parece mentira, comprobar que, a día de hoy, sigo haciendo este absurdo ruidito para llamar la atención a los gatos. Y lo más curioso es que funciona. Y aún más, veo que cualquier papá/mamá hace lo mismo con sus hijos para que estos, emocionados, consigan ganarse la confianza de los mininos...
Seguramente, es uno de esos trucos que nos colocan en la cúspide de la pirámide evolutiva, ¿no?
En fín, por la parte que me toca.. ¡gracias a mis padres por enseñarme este secreto universal!
Saludos Calados!
Emilio

miércoles, 22 de enero de 2014

CONDUCTORAS SUICIDAS. EL MAPA DE TU ROSTRO

Obra de Ed Fairburn www.edfairburn.com

Me habla y recibo su voz, creo que le escucho, pero entre sus labios y sus palabras, deslizo mi vista por el mapa de su rostro y mi mente se recrea buscando caminos y sendas hacia sus emociones y temores que no traducen sus frases.
Soy capaz de desdibujar las líneas de su rostro hasta su pasado cero, hasta el principio de esas sendas tan suaves, tan naturales y tiernas, caminos sin casi pendientes, tan fáciles de recorrer que solo ofrecían alegrías y horizontes de esperanza. Un rostro infante que en cualquier momento nos sorprende con sus avances, con sus prisas, con la velocidad de su crecimiento y por ello la vida le pertrecha acervando la angulosidad de su contorno, endureciendo su relieve para que en la larga travesía no baje la guardia y se mantenga en vilo, no vaya a creer que la vida es una ancha y recta autopista tan fácil de recorrer que nos haga olvidar lo que es vivir y se nos vaya el santo al cielo y el cuerpo a la cuneta con cualquier descuido.

Cada curva, cada cambio de rasante, cada bache o cicatriz, hasta los pliegues y arrugas del mapa, corresponde a cada uno de los accidentes de la vida, previstos o imprevistos, deseados con tenacidad o encontrados sin buscarlos, gozados o sufridos. La aventura de la vida se encuentra en el viaje a través de las carreteras secundarias con sus cambios de velocidad y ritmo, liberadas de pagos de peaje. Pero ante una curva y contracurva de difícil maniobra hubiéramos querido estar rodando por esa autopista, aunque sea pagando peaje pudiendo o sin poder.

En sus ojos leo los signos de sus brillos, de sus guiños y en los momentos de encuentros con los míos que delatan la preocupación e incertidumbre por el  desconocido devenir al final de esa serie de curvas. Esos trances que quieres que todo pase y nada quede, lo más deprisa posible para no saborear la amarga espera, quieres que los malos momentos corran tanto como los placenteros imposibles de ralentizar.

Las lágrimas resbalan por el paisaje de mis mejillas, por unas arrugas mayores que las suyas, ocultas a su mirada, en la misma clandestinidad, porque el tiempo se nos escapa como el manantial que discurre entre los dedos de mis manos, sin poder pararlo, cada vez más deprisa, en tempestuosa cascada hasta desembocar en el mar. Tras la visión metafórica de Jorge Manrique de "nuestras vidas son  ríos que van a dar a la mar" descubro la paradoja de la naturaleza del tiempo contrariando el sentido de marcha de la vida, la lentitud del agua en  la desembocadura similar al perezoso paso del tiempo de la niñez y la juventud, y la velocidad desbocada de los torrentes en el nacimiento del río como el tiempo furtivo que pasa desenfrenado en nuestra madurez y vejez. Al fin y al cabo un retorno en movimiento cíclico hacia el origen de nuestros antepasados.

Ruby from Emma Allen on Vimeo.

Un guiño a la vida, porque la vida es chula y hay que saber sacarle partido a esa faceta descarada.

Besos insuflados de vida de las Gemelas del Sur.

lunes, 20 de enero de 2014

LA GATA SOBRE EL TECLADO. La maleta rosa.


Llegué al aeropuerto cuando caía la noche. El avión salía de madrugada pero era mejor tomarse las cosas con tiempo. Temía no encontrar ni la puerta de embarque. De un tiempo a esta parte olvidaba las cosas más cotidianas, tenía unos despistes inesperados que me hacían sentir en el fondo de la nada. Por ejemplo, salía del supermercado sin saber muy bien qué había ido a comprar. Me quedaba quieta, en medio de la avenida, preguntándome qué dirección tomar.  Al final, acababa volviendo a casa y sentándome acurrucada en una esquina de la terraza, un lugar desde donde poder el cielo abierto y la luz.
Quizás fue esa la razón que decidió a mi terapeuta recomendarme hacer este viaje. "Te sentará bien cambiar de aires"- había dicho con mucha convicción. Sin duda, el stress me había puesto contra las cuerdas y éstas cedían bajo mi leve peso. Ahora pensaba que quizás no había sido tan buena idea. En el aeropuerto la gente caminaba deprisa, por todas partes, como si intentaran alzar el vuelo sin necesidad de subirse a un avión.
De repente, note aquella extraña sensación. Subía como un escalofrío desde la punta de los pies hasta la nuca. Después vendrían aquellos puntitos negros que veía flotar frente a mis ojos como diminutos satélites, y a continuación, el olvido.
Sentí un gran calor, como si me fuesen introduciendo en una caldera de agua hirviendo.
- ¿Dónde está el servicio? -pregunté-
El joven a quien había clavado literalmente las uñas en el brazo me miraba con terror. Sin articular palabra, me indicó con la mano un estrecho pasillo que se abría a la derecha. Corrí hacia aquel pasadizo gris buscando apoyo en las paredes, como si en cualquier momento fuese a caer redonda. En los servicios, para mi sorpresa, no había nadie. Abrí el grifo del agua fría y haciendo un cuenco con las manos, tiré el agua sobre mi rostro cada vez más pálido. Las piernas me temblaban y el enorme espejo que tenía frente a mí reproducía una imagen de mí misma que no me gustaba en absoluto, La puerta se abrió de un golpe.
-Buenas tardes.
Le respondí sin mirarla, pero sin duda aquella mujer de mediana edad había visto mi lívido rostro reflejado en el espejo.
-¿ Se encuentra bien?- preguntó-
- Regular- vacilé-. Tengo miedo a volar.
-¡Vaya!-contestó riendo francamente-, ¿y quién no lo tiene? Pero en cuanto el aparato alza el vuelo, el miedo también se va de viaje. ¿Va muy lejos?
No lo recordaba. ¡Dios! no sabía adonde iba. Afortunadamente, llevaba el billete en el bolso. Lo saqué y se lo mostré con la esperanza de que aquella mujer leyese mi destino en voz alta.
-¡Oh! -exclamó en un tono de auténtica sorpresa- Va a Madeira. Precioso.
Iba a Madeira. Tenía que recordarlo  a toda costa. Debía salir rápidamente del servicio y plantarme frente a la parrilla de salida repitiendo sin cesar, Madeira, Madeira.
- ¿Y usted?- 
No me interesaba en absoluto pero supongo que era una cuestión de mutua cortesía.
- A Londres, de compras.
- Estupendo - contesté deseando cada vez más abandonar aquel enorme habitáculo iluminado  con luz fría de bajo consumo.
Salí al inmenso hall del aeropuerto. Me sentía algo mejor, pero sabía que no acabaría de encontrar la tan ansiada calma hasta que estuviese instalada en mi asiento de clase turista del avión. Volví al banco donde había estado sentada anteriormente, o a alguno que se le parecía mucho.  En aquel laberinto de gente que huía de qué se yo, todas las paredes eran iguales, las ventanas acristaladas, incluso las azafatas que iban y venían como enormes muñecas barbie vestidas de azul marino.
Me senté con la mirada fija en la parrilla de salida: Madeira, la isla. Debería recordarlo repitiéndolo una y otra vez. De súbito, sentí un sobresalto al no ver mi maleta. ¿Dónde la había dejado? ¿De qué color era? Seguro que si la veía la podía reconocer. ¿O no? Deslicé la vista por toda la sala. Había maletas de todo tipo, rodeadas de personas que no les prestaban demasiado atención. Incluso había alguna maleta sola.
Sola. Se me estaba ocurriendo algo terrible. Después de todo, lo importante era llevar una maleta, y si no  lograba encontrar la mía... Sentí cómo la sangre subía por mi cuello e inundaba mi rostro como un agua mansa. ¡Qué idea más perversa! Sin embargo, ese pensamiento diluyó la angustia que sentía hasta hacerla casi desaparecer. No era tan difícil, pero tenía que ser rápida. El avión salía en menos de una hora y no había tiempo que perder.
Allí estaba. Apenas a unos veinte metros de mí. Y, aparentemente, no tenia vigilancia. Miré a uno y otro lado. Aquello que parecían pequeñas lámparas incrustadas en el techo eran sin duda cámaras de seguridad. ¿Y si cogía la maleta y alguna loca salía corriendo tras de mí? Debía idear una estrategia de retirada, decir algo así como "Oh, disculpe, mi maleta es igual. No sabe cómo lo lamento", y saldría del enredo caminando despacio, como si mi inocencia fuera absoluta. Caminé distraídamente hacia la enorme cristalera que se extendía a mi izquierda. Nunca lo había hecho pero tenía una justificación. No podía irme a.. ¿Madeira, las Maldivas?. Bueno, cualquiera de ellas sería buena. No podía irme sin un mísero bikini. Contemplé la maleta rosa con inquietud ¿Y si la propietaria de aquella maleta de marca pensaba viajar a Alaska? Miré angustiada la parrilla de salidas.  En las próximas horas sólo había  un vuelo a San Petersburgo y allí no debía hacer un tiempo caribeño. Había visto en alguna ocasión imágenes de esa ciudad en internet, cuando estaba sitiada por los alemanes y la gente moría de hambre entre enormes montones de nieve. A pesar de que sudaba por cada uno de mis poros, sentí un leve escalofrío, y no ya por el perturbador pensamiento,  sino porque noté el movimiento de una sombra junto a mí.
-¿Necesita ayuda?
Era una auxiliar de vuelo con cara de niña y un ligero acento de fatiga
- No, en absoluto -contesté rápidamente-, todo está bien.
Todo menos mi corazón que daba más trompicones que un viejo coche de segunda mano.
Dos guardias andaban lejos, hablando entre ellos.  La atenta auxiliar de vuelo, que sin duda había notado mi angustia, se había alejado con paso firme y, seguramente, con la sensación del deber cumplido. Era el momento.  Me acerqué, cogí la maleta, arranqué la tarjeta de identificación y la tiré a la primera papelera que encontré en mi camino.
Sentada de nuevo en mi banco, confeccioné  con buena letra otra tarjeta y la adherí a la maleta, Me había situado en un lugar discreto y no muy bien iluminado. Ahora sólo era necesario esperar, mantener la sangre fría, intentar dormir durante el vuelo y llegar por fin al paraíso soñado.
No hubo problema alguno en el embarque. La aeronave era pequeña y acogedora. Una azafata me trajo un refresco- yo hubiera preferido algo más fuerte-, mientras densas nubes blancas pasaban bajo nuestros pies. Era un milagro volar, mantener aquel armatoste pesado en el aire como si se tratase de un pequeño vencejo. Cerré los ojos. Era curioso comprobar cómo olvidaba las cosas más tontas y no conseguía borrar de mi memoria aquellas otras, horribles, que habían roto el ritmo melódico de mi vida. ¿Hasta qué día, hasta qué minuto había sido feliz? ¿Cuándo mi sonrisa fácil y alocada había sido sustituida por una mueca de desconcierto? Sentí el peso de los recuerdos indeseables como si todo el cielo cayese sobre mí en una masa compacta. Debía olvidar de una puta vez los malos recuerdos para dejar lugar a los buenos, aquellos que servían para saber adonde íbamos, quienes éramos y qué podíamos esperar ya de la vida.
El avión tomó tierra con serenidad mientras  un trueno retumbaba en el aire húmedo. "Mal empezamos" -pensé-. Recogí la maleta sin problemas mientras contemplaba cómo una extensa cortina de agua se había tragado el paisaje. Pero no me importó mojarme. Incluso dejé que mis pies, calzados con sandalias, fueran chapoteando en cada uno de los charcos de la terminal. Sin saber por qué, advertí que esa sensación me hacía sentir libre y confiada.
El hotel estaba junto a la playa. Se trataba de un pequeño bungalow con un diminuto jardín delantero donde había una sencilla mesa junto a unas sillas de mimbre. Había dejado de llover y las nubes, abriéndose en canal como el mar rojo al paso de Moisés, dejaban ver enormes claros de un azul eléctrico. Tiré la maleta sobre la cama mientras me percataba de que aún quedaba un problema por resolver: la contraseña. Probé:0000, 1234, 8765... Nada. Quizá fuera mejor intentarlo con fechas: 2000, 2005, 2011. Imposible de abrir. Siempre quedaba la posibilidad de abrirla a patadas, pero esa opción aún estaba en la reserva. ¿Por qué no probar con mi contraseña? Era bastante vulgar: 2020.
Y el sistema de seguridad cedió. Descorrí la cremallera con emoción contenida  y la maleta se abrió.
No podía creer lo que veían mis ojos. Era tan increíble como estúpido.
Era mi maleta.

viernes, 17 de enero de 2014

EL GRAMOFONO: "Over the Rainbow": Keith Jarrett

Giovanni Boldini (Italian-French artist, 1842-1931) Woman in Red at Piano

Aquí tenéis una de las versiones de "Over  the Rainbow", una de mis preferidas, la reencontré por casualidad en un momento del día en el que me hacía falta unas palabras risueñas. No soy de las personas que se creen que por decir "todo va a ir bien", es algo profético. Pero sé que esta melodía sin palabras  lleva implícito un mensaje de optimismo, y eso es suficiente. Escuchar la interpretación de este músico, Keith Jarrett, uno de los grandes talentos del jazz surgidos en los últimos treinta años,  capaz de tocar además del piano, la guitarra, el saxo, la flauta, el clavicordio y el órgano,  en estos momentos, os lo aseguro,  me llena de paz.

En efecto, la música de Jarrett aglutina influencias tan disímiles como el ragtime, el rock, el romanticismo y el free jazz. Un intérprete que no se atiene a  formas preestablecidas, que  hace surgir  nuevas formas, versiones personales con alas de improvisación.
Músico peculiar, la clave para comprender a Jarrett esta contenida en una frase suya que dice más o menos así: "Tocar es lo menos importante,  la  "música", no es más que un reflejo de una entidad ideal, el relato de una experiencia, de una vivencia espiritual"


Keith Jarrett es un universo en sí mismo, lleva su interpretación a un ensimismamiento que parece alejarlo hacia un mundo interior que entra por sus dedos y  se fusiona con el sonido de las notas.

Por más oscura que sea la noche y tenebrosa la tormenta............



¡Buen fin de semana Calados!

miércoles, 15 de enero de 2014

TE DIJE QUE VOLVERIA..........AL CAMINO DE LA LUZ.

  
    Fotografía: Fernando Fernández Páez




Cuando ya esté lejos de ti, protegido por la distancia,
volveré la cara y adivinaré tu contorno, pura ilusión..
todos sabrán lo que hago y nadie por qué lo hice,
fue todo tan difícil......


Buscaré sus miradas y partiré, una vez más, lejos.
El mundo es grande y a la vez pequeño y limitado,
mis movimientos son torpes , pero deseo volar....
La nostalgia del otoño se enfrió en el invierno,
y parto de vida en vida, hacia la luz de otro espacio...


Cada paso un recuerdo, una película fugaz,
una lágrima y una pasión arrebatadora.
Totalmente líquido, fluyo entre recuerdos y momentos,
necesito buscar y encontrar.........


Ha quedado tanta gente en el camino.....
sin oportunidades, sin reencuentros ni risas.
Y mi corazón se prolonga en el cielo que me envuelve en cada paso,
en la luz de cada atardecer, en las noches de silencio.


Mi tiempo no existe, no tiene escenario donde recrearse,
el camino discurre bajo mis pies quietos, adormecidos.
La etapa de la luz y del deseo acuden a mi encuentro,
y otra vida se inicia bajo mi piel y mis lagrimas....


lunes, 13 de enero de 2014

35 MILÍMETROS: "VÍA TANGO"














Lunes otra vez, ¡como nos engullimos las semanas!, de nuevo con el cartel de Cortos en la mano, seleccionando aquel que más me guste para traerlo a este espacio, pensando que os cautive, que os emocione, o que simplemente os guste.

El corto de hoy es de animación y como podréis ver mas abajo, no viene incrustado en la entrada, hoy solo aparece un enlace, os explico por qué..

"Vía Tango" es un cortometraje de Adriana Navarro Álvarez   (Adriana Baradri.)

"En un tren la desbordante imaginación del revisor enamorado de una pasajera, convertirá el vagón en un salón de baile donde todos sus pasajeros bailan a ritmo de Tango".

Vía Tango, es el trabajo final de máster de animación de Adriana Navarro, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia y ha sido seleccionado por la Academia del Cine Español, para competir en los premios Goya entre los 10 finalistas de su categoría. 
Se puede ver en Vimeo, en el enlace que os paso a continuación, para preservar su privacidad.en la medida en que lo ha decidido su autora.

¡Apenas tres minutos de vuelo con historia de un  tango visual! 


http://vimeo.com/groups/2Danimation/videos/52609611

Acabo de comprobar que han retirado el vídeo, así que tendremos que conformarnos con el trailer



viernes, 10 de enero de 2014

FOTO POR TÍ_¡¡¡Chanquete ha muerto!!!

Ahora que la navidad se ha ido y ya nos nació el "Hijo", pues pongo hoy una foto que se me antoja a mí el "Espíritu". Ahora sólo falta el padre...
Entre tanto llega os diré que este es el remate de una bonita escultura que se encuentra en el paseo de la Malvarrosa, en la playa de Valencia. Dicho monumento es "in memoriam" del actor valenciano que dió vida al personaje que nombro más arriba, el desaparecido Antono Ferrandis.
Chanquete para quien no lo sepa, es un personaje de una archifamosa serie de la televisión española de los 80.
A mí, la verdad, aquella serie me pilló con 33 años menos, hecho un chavalín de una edad no demasiado alejada de alguno de sus "protas", por lo que, qué queréis que os diga, no sin cierto sonrojo..., la veía como quien no mirase, pero la veía. Una de las escenas más míticas que anticipaba casi un abrupto final a la misma (afortunadamente, era aquella una época en la que las series acaban de verdad, sin castigarnos ni con reposiciones, ni con "temporadas" que alargan "ad æternum" la agonía de personajes y espectadores) es la muerte del personaje citado, padre espiritual de aquella pandilla veraniega cuyas aventuras se narraban en las sobremesas del fin de semana, no recuerdo el día.
Tras el último aliento del tal Chanquete, uno de los líderes del grupo de amiguetes corría, lágrimas y melena al viento, por la playa del veraniego pueblecito de sus correrías gritando enajenado eso de "Chanquete ha muerto". Inolvidable... e insoportablemente patético al tiempo. ¡Qué recuerdos! No sé si echar la pota recordando tan avergonzante momento, entristecerme por la emotiva despedida del viejo marinero, o reirme a mandíbula batiente de aquellos tiempos en los que aquellas cosas enternecían al personal. Símplemente lo recuerdo esbozando una sonrisa y pensando eso de que, pese a todo, cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Eso sí me emociona. Lo reconozco.
Sea lo triste o ridícula que sea la escena, allá cada cual cuando la viera si es que la vió, lo cierto es que tropecé con esta estatua una mañana de Noviembre y Chanquete me importó tres pares de pepinos. Que sean cuatro. Lo que hice fue girar en torno al monumento y encontrar el lugar exacto para que la piedra se convirtiese en el mismísimo espíritu... No digo santo. Pero a mí me lo trajo a la mente.
¡Saludos calados!
Emilio

miércoles, 8 de enero de 2014

PASABA POR AQUÍ: ¡Queridos Reyes Magos;Os devuelvo "El Principe Azul"!



¡¡FELIZ AÑO NUEVO AMIGOS CALADOS Y LECTORES!!

¡Y se fueron los Reyes Magos.......!

Amigos calados, ¡qué desilusión!, después de tanto pedir un novio a San Nicolás y el santo pasar de mi y no hacerme ni puñetero caso, este año decidí pedírselo a los Reyes Magos. Un novio de esos que todas queremos, considerado, compañero, amigo, que le guste compartirlo todo, que te escuche, que te entienda, responsable, atento…. Vamos, lo que viene siendo un príncipe azul. Pensé que sus majestades, los  Reyes Magos, bien relacionados con el gremio, conocerían a muchos príncipes azules, y….con un poco de suerte, alguno quedaría libre. Así que  me puse a escribir la carta  sin especificar mucho para no restar posibilidades y esperé ansiosa que llegara ¡la noche de Reyes!

El día 6 me desperté alterada, me duche, acicalé y corrí en busca de mi regalo, y ¡allí estaba! sentado en el sofá. Me hice notar con una “tosecita” de esas de -“gira la cabeza, que estoy aquí”- pero nada, se había posicionado en el sillón, y para entretenerse, porque había llegado temprano, pues fue de los primeros que repartieron, había puesto la televisión. Y yo me preguntaba… ¿un príncipe azul también ve la televisión?, ¡pues si señores! concretamente los deportes. Así que ni corta ni perezosa me planté delante de él esperando una reacción ya sin muchas expectativas. Se levantó, me besó la mano y se volvió a sentar y como si lo hubiera hecho toda la vida me dijo…
 -¿Has hecho café?-
Yo estaba alucinada, no es que yo esperara ningún beso apasionado ni que me subiera a la grupa en su caballo blanco para dar una vuelta, que por cierto, no iba en el paquete, pero… no se…..algo más de sensibilidad si que esperaba, la verdad. La cosa es que después del café me pidió una cerveza,  y al medio día ya deambulaba por la casa totalmente adaptado. Se puso en el ordenador y no se cortó un pelo en comenzar a chatear en su Facebook, presumiendo de sus 300000000... millones de amigos, pero lo que fue el colmo, la gota que rebosó el vaso,  es que le diera a… “Me gusta” al Sr. Gallardón en una de sus últimas apariciones, ya sabéis, por la ley que tanto revuelo está causando y que nos va a hacer retroceder 30 años, pero como es un príncipe azul, lo del pasado parece que… “Le gusta”

Bueno, intenté reclamar, pero mis argumentos eran flojos: -“me dijeron, creía, prometían….” 
La contestación fue rotunda;
 - “los príncipes  azules vienen así de serie, lo que se dice en los cuentos es puro marketing”-  ¡qué desilusión hermanos!,  y apostillaron,
-“si no le convence puede devolverlo en un plazo máximo de 15 días porque luego ya no tiene billete de vuelta”-.
¡Bueno Calados!  no veáis como corría yo por la casa recogiendo sus pertenencias esparcidas por buena parte del comedor, la habitación, el baño… ¡menos mal calados, menuda liberación!, ¡pensaba que me lo tenía que quedar para siempre!  En fin,  metí todas sus cosas  en una bolsa de TUUS que también me habían dejado los Reyes y no me gustaba nada y le dije que sentía mucho todas las molestias pero… ¡éramos incompatibles!...
y… como vino sin caballo, le pedí un taxi…

¿Y sabéis que os digo? que he recuperado la fe en el refranero popular que es muy sabio y dice así… “Mas vale sola que mal acompañada”


Y para reafirmarme en mis pensamientos, mirad que vídeo he encontrado..




¡Que  a lo largo del nuevo año, se vayan cumpliendo vuestros sueños.....!

Marinela

lunes, 6 de enero de 2014

LA GATA SOBRE EL TECLADO. Teresa y las trenzas de colores.


Estoy alucinando. Esta mañana de Reyes, cuando me he levantado, he corrido en pijama hacia el árbol de Navidad a ver qué me habían traído sus majestades. Esperaba una colonia, como siempre, y algún libro, pero, además de eso, me he encontrado una caja envuelta con un precioso lazo. ¿Qué será? -me he preguntado loca de curiosidad-, y al abrirla me he encontrado con este cuento, un precioso regalo que comparto con vosotros,. sobre todo con aquellos que tenéis hijos o nietos. Yo creo que hasta podréis sacar de él alguna moraleja. Espero que hayáis pasado una feliz Navidad y que el nuevo año sea, al menos, mejor que el que dejamos atrás. 

Había una vez una niña llamada Teresa que vivía en una pequeña casa en el bosque, junto a una laguna de aguas cristalinas en el Reino de Villargordo. Era éste un reino pequeño como un garbanzo y tan precioso como una gota de rocío. En ese feudo de ensueño había un príncipe que un buen día decidió que quería conocer una joven para compartir con ella el resto de su vida.
Así que el paje del príncipe, que era un hombre gordinflón y de anchas mejillas coloradas, hizo un bando en el que daba a conocer la voluntad del príncipe de encontrar una bella joven que pudiera convertirse en su esposa.
Teresa era una doncella preciosa, con dulces ojos claros y el cabello del color de una puesta de sol o de una hoja en otoño. Cuando se enteró de que el joven y apuesto príncipe buscaba novia, le dijo a su madre:
- Yo quiero ir al palacio, mamá. Probablemente, no me escogerá a mí, pero quiero conocer al príncipe. 

 Teresa, además de guapa, era hacendosa, risueña y feliz. Por las mañanas ayudaba a su madre en las tareas de la casa, y por las tardes acudía a la escuela para aprender geografía, matemáticas e historia.

- ¿Y para que quieres convertirte en princesa? - le dijo su madre-. Nosotros somos gente sencilla que no está acostumbrada a vivir entre lujos.
Pero la joven Teresa estaba tan ilusionada que al final su madre cedió y se pasó toda una noche entera cosiéndole un vaporoso vestido de raso y de tul.
Al día siguiente, nada mas amanecer,  Teresa se dirigió al castillo de las seis torres, que era donde vivía el joven príncipe. Cuando llegó, se dio cuenta de que no había sido la única en responder al llamamiento del paje, porque más de veinte muchachas con preciosos vestidos y delicados tocados hacían cola ante las puertas del castillo.
Cuando Teresa llegó a la presencia del príncipe, éste le dijo:
- Eres una joven muy hermosa, Teresa. pero tu cabello... Me gustaría que lo llevases recogido en tres trenzas, y que cada una de ellas fuera de un color; una la tintarás de azul, la otra de rosa y la otra de verde.
Teresa le prometió que así lo haría y volvió a su casa, paseando por el bosque, un poco confundida. 
Así que durante los meses siguientes, Teresa se dejo el cabello muy largo y lo recogió en tres trenzas, que pintó, una de azul, la otra de rosa y la otra de verde. 
Pasado un tiempo, Teresa volvió  a visitar al príncipe. Para la ocasión, se había puesto un delicado vestido de color azul purpura y una diadema que su madre había elaborado con margaritas, amapolas y lirios del bosque. Cuando llegó a la presencia del príncipe, éste le dijo: 
- Eres una joven muy hermosa, Teresa, pero tu cabello...
- Llevo tres largas trenzas de colores- replicó Teresa- como vos me dijisteis. 
- Ya lo se - le contestó el príncipe-, pero pensándolo bien, me gustaría que fuesen seis las trenzas, una rosa, una azul, una roja, una verde, una amarilla y una gsduemvfu. Teresa no entendió la última palabra pero a pesar de eso, le volvió a decir que así lo haría, y regreso a su casa atravesando el bosque y totalmente desconcertada. ¿Cuál sería el color gsduemvfu?-, se preguntó- 
Su madre la esperaba junto a la puerta bordando un precioso vestido de color malva. 
- ¿Qué te ha dicho esta vez el príncipe, hija mía?- le preguntó al verla llegar-
- Que me haga seis trenzas, una azul, una rosa, una roja, una verde y una amarilla y una... gsduemvfu
-Gesdu... qué - pregunto extrañada su madre? ¿Pero cuál es ese color?
- No te preocupes -dijo Teresa-. Ya lo averiguaré. 
Pasó apenas unas semana y Teresa se fue al bosque para que su madre pudiera hacerle la más hermosa de las diademas, Y cuando ya estaba de regreso a casa, escuchó una vocecilla que le llamaba desde detrás de un grueso árbol. 
- ¿Quién eres?- preguntó Teresa-. ¿Dónde estás? 
- Aquí abajo - respondió la voz. 
Se trataba de un gnomo del bosque, seres tan pequeños como inteligentes y audaces. Llevaba un gorro extremadamente grande para su diminuta cabeza y Teresa no pudo evitar echarse a reír. 
-¿De qué te ríes?- dijo el gnomo un poco indignado- Anda que tu con esas trenzas de colores...
-¿No te gustan?- preguntó Teresa. 
-Pues no ¿y a ti?
la pregunta cogió tan de sorpresa a la joven que no supo qué responder.
La  doncella regresó a su casa pensando en lo que le había dicho el gnomo del bosque. En realidad, a ella tampoco  le gustaban nada las trenzas de colores, pero es lo que el príncipe le había pedido.
Después de cenar se sentó en el porche de su sencilla casa a seguir cosiendo la diadema de amapolas y margaritas silvestres, Estaba comenzando a pensar que el gnomo tenía razón.  Además, nunca lo iba a conseguir porque estaba convencida de que el color gsduemvfu ni siquiera existía. Sin pensárselo dos veces, se cortó las trenzas de colores, y dejó sus hermosos cabellos a la altura de sus mejillas.
Cuando llegó el día en el que la joven Teresa tenía que presentarse ante el príncipe, se puso un sencillo vestido de color verde esmeralda y los zapatos que siempre usaba para ir a la escuela.
Delante del palacio real se congregaban una gran cantidad de muchachas. Todas llevaban el cabello recogido en extraños tocados y vestían preciosos vestidos confeccionados con sedas multicolores y finisimos rasos.
Cuando llegó el turno de Teresa, el príncipe le dijo:
- ¿Donde están las trenzas de colores que te pedí que llevases?¿Y la que te dije que pintases de color...
- Ese color no existe, alteza - contestó Teresa alzando la barbilla con donaire. 
-¿Y ese pelo tan corto?- volvió a preguntar el príncipe- 
- No me gustaban las trenzas y las corté. 
- ¿Y ese vestido tan sencillo?
- Es el que me pongo para ir a la escuela.
El príncipe, al principio, se quedó muy pensativo, pero luego sonrió abiertamente. 
-Seras tú, Teresa -le dijo- la reina de mi Reino, la estrella de mi cielo, la luz de mi corazón, porque sólo tu has sido lo suficientemente sensata para no ceder a todos mis tontos caprichos.
Una semana después, el príncipe y Teresa unían sus vidas para siempre en el palacio real. Y cuenta la leyenda que todos los gnomos del bosque acudieron a la boda. 

domingo, 5 de enero de 2014

YA VIENEN LOS REYES...


Muy buenos días y saludos cordiales a todos, amigos, Calados y lectores. Dejadme desearos a todos ante todo una feliz Navidad y un feliz Año Nuevo, por aquello de que más vale tarde que nunca. Pero sobre todo y en el día de la magia de la Navidad, en el día en el que los sueños se hacen realidad y sus Majestades de Oriente se acercan a nosotros, dejadme que me acerque un poco más a vosotros con esta carta-vídeo que nos explica de forma clara y precisa como el Partido Popular,  y aprovechando que las familias españolas estábamos de celebración Navideña, ha dejado a nuestros jóvenes y no tan jóvenes, que por falta de trabajo en nuestro país se tienen que marchan al extranjero a trabajar, sin sanidad pública española, pasados 90 días desde su partida.

Ave, María Purísima, con el clero hemos topado amigo Sancho.

Yo por mi parte sólo desearos a todos unos felices reyes, que el carbón vaya para estos ladrones y corruptos. Y señores y señoras del PP, déjenme ustedes que les diga, ¡¡¡váyanse a la mierda!!! pero váyanse lo antes posible y a poder ser con las manos vacías, ya por que cuando uno piensa que no la pueden hacer más gorda, ahí están ustedes para jodernos un poco más.




FELICES REYES!!

Arwen